Si hay algo que definen estos seis meses son las sonrisas pero no sólo las que aparecieron en mi cara sino las que fui intercambiando a lo largo de estos meses con casi todas las personas que fui encontrando en mi camino.
Recuerdo ir paseando por algún pueblo de India o Nepal y ver a alguna mujer u hombre y que, de manera espontánea, intercambiasemos un pedazo de nuestro ser a través de ese movimiento muscular que a veces parece tan difícil, simplemente eso, una sonrisa y nada más, pero cuántas cosas caben dentro de ella!
Hice este viaje por todo y por nada y no esperaba aprender y mucho menos enseñar, pero, al final, en las cosas más pequeñas y sencillas siempre hubo una reflexión y un pensamiento que he ido guardando todos estos meses, pero que, al mismo tiempo, no me han hecho cambiar ni encontrarme a mi misma. Desde luego no vine para eso, toda la vida jugaré conmigo al pilla pilla pero de eso se trata, del camino a recorrer, que siempre sea el mejor posible, plagado de sonrisas.
Aunque sea el último de mis posts en este viaje, otros se abrirán en el futuro puede que mentales o que sean el fruto de conversaciones con la gente que más quiero, pero desde luego esto sólo ha sido el fin del principio.
Namaste!
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