sábado, 12 de octubre de 2013

EL COMIENZO

Y de repente, un 7 de Septiembre, estaba en el aeropuerto de Delhi con una sensación rara (bueno es que era temprano y casi no había dormido porque la noche anterior habia sido mi despedida), me estaba yendo de India....de repente fui consciente del significado de la frase.

Nunca me han gustado las despedidas, tienen un componente amargo, pero enseguida me recuperé pensando que aún me quedaban tres meses en Nepal....

Cuando estaba en el avión sobrevolando Kathmandu y, de repente, empecé a ver las montañas,los valles y las casas, mi sonrisa se ensancho un poco más si cabe y, tengo que reconocer, me cayeron dos lagrimones de pura emoción, en unos minutos iba a aterrizar en Nepal, en mi mente solo cabía esa palabra que la deletree con fruición como si fuese un caramelo muy dulce, ya no era un sueño, era una realidad, esa realidad buscada desde hacia mucho, y de repente,  supe lo importante de las decisiones, de la decisión que me había conducido hasta allí.  Había llegado, al principio del todo.

domingo, 6 de octubre de 2013

NAMASTE INDIA

Y....de repente llegó la última semana en India y mis tres meses fuera de España....¿Qué subjetivo es el tiempo no? Para mí era como si hiciese ya un año que estuviese allí, ya lo he comentado que una hora en India son tres días en España, asi que a multiplicar!

Nepal era y es mi sueño, desde hace mucho estaba de favorito en la eterna lista que todos hacemos de "que países quieres visitar antes de morir..." India, estaba entre mis favoritos aunque en posiciones inferiores a Nepal y, sin embargo,superó con creces mis expectativas, no sólo el país sino la química que nació entre las dos, lo bien que me senti y adapte y poder haber vivido realmente allí.

En mi última semana hice la última ruta por el Rajasthan: Udaipur-Ranakpur-Jodhpur y vuelta a Delhi lo que implicó dos trenes de más de diez horas y un maravilloso bus de cinco horas iniciales que al final fueron ocho (this is India...) todo eso condensado en seis dias...., ¿Qué os puedo decir? En un viaje que esta vez hice completamente sola, mi dosis de felicidad siguió subiendo, me encantó la sensación de total independencia, de no parar de moverme de un sitio a otro, de decidir dónde, cuándo y por qué a mi gusto, y, por supuesto, de seguir disfrutando una vez más de los paisajes, los templos, la comida, las vistas, los atardeceres, los paseos, (esta vez en bici rescatada de la serie Verano Azul, misma edad y características), las conversaciones con otros viajeros, con la gente de alli, en fin, de... ¿vivir?

Se que nos volveremos a ver, y al igual que las verdaderas amistades nos echaremos de menos mutuamente, cuando surge la química entre dos elementos es difícil que esta desaparezca. 

India, ha sido un placer, gracias!

miércoles, 2 de octubre de 2013

De fuego, música y vacas

El fuego es un elemento importante para los hinduistas, de hecho se le ha elevado a categoría de divinidad y, por tanto, está concebido como algo sagrado. La incineración tras la muerte de una persona, es un paso más para ayudar al difunto a liberarse del ciclo de reencarnaciones y alcanzar la moksha, (liberacion) dependiendo en última instancia de su karma (la ley de causa y efecto que te lleva depende de tus buenas o malas acciones a una reencarnación superior o inferior).

El primer sentimiento que tuve al llegar a Varanasi fue el de decepción: Los ghats estaban totalmente inundados tras un monzon especialmente abundante y el resultado fue una Venecia india totalmente anegada.

Ese mismo día asisti en compañía de Javi (un placer majo!) a la Pujab que se realiza todas las noches a la caida del sol. Por suerte, en el ghat principal aún quedaba algún escalón en donde tuvo lugar la ofrend al río de fuego y flores.

Unas horas más tarde, fuimos en barca hasta el ghat en donde se realizan las cremaciones. Normalmente se accede por tierra a esta especie de cuadrilátero,  pero debido a las inundaciones el acceso solamente era posible en barca. 

La atmósfera podía haber servido de escena en uno de los cuentos de E. Poe: oscuridad casi total levemente atenuada por la luz de la luna y las enormes piras situadas a tan sólo unos metros; para llegar a la barca tuvimos que pasar al lado de un cadáver envuelto, como es tradición, en varias telas rojas y doradas; estaba dispuesto sobre unos palos de bambú, usados para transportarlo desde su casa en su último viaje en compañía de su familia. Una vez en la barca y al lado de las piras te sobrecoge la situación: una mezcla de solemnidad,  respeto, sobrecogimiento, pasaron por mi mente,  la escena supera todo lo descriptible y te conduce a un estado de no retorno en donde tu cerebro esculpe en piedra un recuerdo imborrable.

Los siguientes días como no podía ser de otra manera en India, siempre te regalaban una anécdota: Nuestro intento de ir a Khajurajo y lidiar con los empleados de las estaciones de tren y bus fue una escena comparable a la de Asterix legionario: "pregunte en información alli le informarán", vas deambulando de un lugar a otro hasta acabar en el mismo sitio sin respuesta...La visita a Sarnath en donde Buda dio su primer sermón a sus discípulos después de su iluminación en Bodghaya y en donde por vez primera asisti a una ceremonia budista. El canto de los mantras hizo quedarme sentada un buen rato escuchando...

India te invita muchas veces a la introspección y a las buenas conversaciones, si estás sentada en un balcón con vistas al Ganges y una cerveza de contrabando las probabilidades aumentan.

Las calles de Varanasi estrechas y angostas, están llenas de vacas, miles de vacas! A partir de las seis es noche cerrada y empieza el juego de no pisar los regalos que van dejando a cada paso, un coletazo o clavarte un cuerno en el riñón.  

Pero mis recuerdos no sólo están llenos de vacas y fuego sino también de música.  Una de las primeras noches asistimos a un conciertillo, una vez más la atmósfera te invita al trance, algo tenia la música de las flautas y las tablas (dos tambores de diferente tamaño que se tocan a la vez en un sonido parecido al yembe). Pero yo quería un sitar...y lo conseguí.

Una mañana me fui a dar un paseo. Mi objetivo: perderme por las callejuelas sin rumbo. Mi primera parada fue en la tienda de Lala, un profesor de tabla y sitar. Nos pasamos tres horas hablando de mil temas, hizo una jam sesion de tabla y afinamos juntos un sitar: es un instrumento increible. Quisiera ser hindú, poder reencarnarme, y ser en mi proxima vida un portento en la música!

Más tarde me acerqué a uno de los ghats para hacer mi ofrenda personal al Ganges con flores, así, una pequeña huella queda de mí en la India, sería imposible corresponder todo lo que ella me ha marcado a mi.

Cuando me volví a adentrar en las calles, un hombrecillo mayor me invitó a saludar a las vacas que tenía en su casa (era algo así como el lechero del barrio) estaba tan contento que me dio un super abrazo y me invito a un te en el banquito al lado de su casa. Y ahí estábamos como dos viejos amigos secando los huesos al sol. Me he apuntado su dirección para mandarle una postal desde España..

Varanasi no me ha decepcionado,  al final, como siempre, me ha ganado su gente y su música que no está únicamente en los instrumentos. 

Os dejo la foto que me pasó un colega, foto profesional! (Gracias Jose!).